Al final, de este artículo, encontrarás, después de la firma, una serie de tags o etiquetas. Sirven para clasificar la información, para facilitar la búsqueda de temas que interesan al lector. Los blogs se diseñaron para que la inclusión de estas etiquetas fuera sencilla. Todos los artículos de los blogs llevan, en principio, asociadas sus correspondientes etiquetas (que no hay que confundir con las categorías, que suelen ser asuntos más generales).

Pero las páginas web, aunque no sean visibles para el lector, también contienen etiquetas. Tienen la misma función (organizar la información), pero, además, tienen otra mucho más importante: que los buscadores encuentren los temas y los indexen para elaborar sus listas. Los robots de búsqueda entran en el código de la web y, lo primero que buscan, son esas "tags".

Los diseñadores y programadores de páginas web saben que así es como funcionan los buscadores y que, si se quiere estar en las primeras posiciones de las búsquedas, entre otros factores, hay que tener muy en cuenta qué etiquetas se eligen. Ahora, Google, en línea con su tradicional política de "vamos a hacer las cosas más fáciles para el usuario", ha lanzado Google Tag Manager, un servicio que permite gestionar las etiquetas de una web de forma sencilla: cualquiera con un mínimo conocimiento de internet podrá hacerlo.

Quizá los más perjudicados por esta nueva herramienta de Google sean los gestores de las páginas web, ya que es parte de su trabajo. Ya no será necesario recurrir a expertos para una correcta gestión de las etiquetas. En este sentido, se democratiza la web: cualquier empresa puede estar en el puesto más alto de las listas de Google. (Esto, claro, es una exageración, una simplificación, porque otros muchos factores influyen en la elaboración de estas listas.)

Pero lo verdaderamente peligroso es el poder que está acumulando Google. Todas las empresas quieren aparecer en las búsquedas, los negocios siguen las directrices que marca Google para no desaparecer de las primeras páginas de su buscador, como el flautista de Hamelín, Google toca una melodía y todos danzan a su son y siguen sus directrices. No nos engañemos, en parte, Google Plus también se lanzó para ayudar a las empresas a estar en las primeras posiciones del buscador. Parece que en España no ha llegado a triunfar, pero en Estados Unidos pocos se pueden permitir el lujo de no estar en la red social de Google. De hecho, ya hay quien piensa, como el experto en SEO, Marcos Maceira, que "el lujo del futuro será no estar en Google". ¿Os imagináis un anuncio de Cartier o de Chanel en el periódico gratuito del barrio?

Cómo funciona

Google Tag Manager (GTM, memoriza estas siglas porque a partir de ahora se van a oír constantemente) se ha diseñado, como hemos dicho, para que su uso sea sencillísimo. Funciona como un contenedor de etiquetas. De este modo, el usuario puede añadir o retirar tags de ese contenedor cuando lo desee y cuantas veces quiera (aunque tampoco es recomendable hacerlo). Además, puede clasificar las etiquetas dentro del contenedor general y crear cajones de etiquetas para Google Analytics. para los potenciales anunciantes o tags generales.

El contenedor es una línea de código JavaScript. Dentro de esa código, se incluyen las etiquetas y cómo organizarlas. Pero la gestión se realiza desde una interfaz diseñada por Google que facilita el proceso.

En definitiva, una clásica herramienta Google, esto es, gratuita, intuitiva, sencilla de usar, soporta todas las etiquetas para realizar márketing social, tanto de Google como de otros, que permite obtener datos precisos de la web, fiable... Eso sí, tendrás que bailar al ritmo que marque Google. Y, si no, te convertirás en una marca de lujo... quieras o no quieras.